Hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí pero hoy vuelvo para contaros una puntualización muy curiosa (y que me ha hecho mucha ilusión) que me ocurrió hace unos días.
Fuimos, Pedro y yo, con un amigo, de los buenos, de los de verdad, a Sarmiento, un restaurante en Casares (Málaga). Él había ido mucho y quería que lo conociésemos. Así que allí nos fuimos los tres y la verdad es que no puedo imaginar mejor plan para ese día.
Me sorprendió el punto, las vistas, la ornato y sobre todo los platos. ¡Que rico todo! Lo mejor, y el motivo de que os escriba este post, es que pedí uno de los platos de la carta, salmorejo de aguacate con sardina marinada, y me dijeron que no quedaba, pero que elaboraban un aguacate a la brasa riquísimo y que me iban a hacer un plato particular para mí y que esperaban que me gustase.
Me trajeron el aguacate a la brasa con pinrel de pueblo, cebollita, tomate, jalapeños y… sardinas marinadas (les dije que me encantan). El resultado, de no creerse. Me dijeron que lo iban a incluir en la carta con mi nombre. Lo hagan o no, seguro que volveré porque la excursión a Casares, con parada a manducar en Sarmiento, merece mucho la pena. Gracias Iñaki por el descubrimiento.
Besos a tutiplén.