El agobio es una contestación natural del cuerpo frente a una determinada situación, una reacción hormonal que activa ciertas reacciones en el ser humano. En otras temporadas, cuando el humano se dedicaba a la caza y precisaba tener todos y cada uno de los sentidos alarma, en el cuerpo se desencadenaba una reacción hormonal, lo que de alguna manera garantizaba la supervivencia.
Sin embargo, hoy día el agobio se desencadena por razones muy, muy diferentes, en general preocupaciones económicas, laborales o bien sociales. La vida del humano ha alterado mucho en todos estos años y lo que hace siglos era una forma de sostenerse con vida, hoy puede provocar un serio problema de salud, tanto a nivel físico como sensible.
El agobio y la salud
Existe una relación muy angosta entre los capítulos de agobio y la salud. Cuando el agobio te hace estar lúcida, atenta y alarma, es una reacción conveniente que te ayuda a efectuar actividades con todos tus sentidos a máximo rendimiento. Esa es la diferencia entre el agobio agudo y el crónico, en el caso del primero, desaparece cuando se suprime la causa, el factor agobiante.
Pero cuando el agobio se vuelve crónico y se sostiene a lo largo de un buen tiempo, si no se controla puede provocar graves problemas médicos como los siguientes.
- Dolores de cabeza.
- Vómitos, diarrea y inconvenientes estomacales.
- Trastornos con la alimentación.
- Problemas de concentración.
- Cambios de humor, irritabilidad.
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Frecuentes constipados, catarros y gripes con síntomas fuertes.
- Presión arterial elevada.
- Diabetes.
- Obesidad.
- Problemas de piel, acné, rosácea y todo género de eczemas cutáneos.
- Alternaciones en el periodo menstrual.
- Depresión, ansiedad.
- Problemas para sostener relaciones cariñosas.
El agobio daña el sistema inmunológico, lo debilita y con esto te transforma en una persona frágil y con un mayor peligro de contraer distintas enfermedades. Cuando tu cuerpo padece las consecuencias del agobio, deja de efectuar sus funciones regularmente y con esto se pone bajo riesgo tu salud. Aparte de los inconvenientes citados, puedes padecer graves crisis inquietas, accesos de pánico o bien un accidente cardiovascular, entre otros muchos problemas arduos.
Cómo supervisar el agobio
Las causas que provocan estrés en todos y cada caso pueden ser realmente distintas pues cada persona tiene sus circunstancias, faltas y preocupaciones. No obstante, lo más usual en la sociedad actual es que los factores que provocan agobio son las contrariedades económicas, la inestabilidad laboral, la dificultad de las relaciones cariñosas o bien el cuidado de los hijos.
Tener agobio es normal, es una reacción natural que no se puede eludir. Mas lo que sí puedes hacer es aprender a administrar el agobio para eludir que este desencadene en problemas médicos. Cuando sientas que padeces agobio alén de unos instantes en el que el factor agobiante hace acto de presencia, trata de centrar el inconveniente de la próxima manera.
- Primero descubre cuál es la causa. ¿Qué no te deja meditar? Lo que te ronda continuamente por la cabeza, lo que te carcome por la parte interior. Probablemente deberá ver con tomar una resolución, encarar una complejidad económica o bien laboral. Sea como sea, enfréntate a ella de frente, plántale cara al problema y desde ahí busca una solución.
- Busca ayuda de un terapeuta. A veces tenemos la solución a los inconvenientes más cerca de lo que creemos, mas el agobio nos impide verla. Con la ayuda de un terapeuta puedes liberarte de lo que te causa ese estado y vas a poder aprender herramientas con las que administrar esos momentos de preocupación.
- Cambia tus hábitos. La mala nutrición, el sedentarismo, la carencia de relaciones sociales, son aparte de un desencadenante del agobio una causa de ello. Empieza a practicar ejercicio, sal día tras día a caminar, goza de los comestibles naturales que aparte de asistirte a reducir el agobio te van a ayudar a estar más sana y saludable. Suprime las substancias que te dañan, como el tabaco o bien el alcohol y empieza a relacionarte con otras personas.
Existen diferentes disciplinas milenarias que pueden asistirte a controlar el agobio como el yoga o bien la meditación guiada. Empieza a practicar alguna de estas opciones y pronto apreciarás los muchos beneficios en tu salud física y mental.