Pasar del moreno al rubio es uno de los mayores desafíos de peluquería. Si estás pensado en mudar el tono de tu pelo radicalmente, no te pierdas este artículo en el que ciertos mejores especialistas te dan las claves para hacer la transición sin fallecer en el intento ni eternizarte.
El rubio se ha transformado en el objeto de deseo de muchas morenas. Afirman que queremos lo que no tenemos y ¡qué gran verdad! Las morenas deseamos ser rubias y al contrario; y las que tenemos el pelo plano, deseamos lucir esos rizos y ondas por las que tanto suspiramos.
El inconveniente es que un cambio tan radical daña mucho el pelo. De ahí que, es esencial ponerse a cargo de los mejores profesionales para eludir que el pelo acabe todavía más dañado de lo normal y no tener que lamentarnos tras la decoloración.
Además, no todos y cada uno de los rubios son iguales. Hay una enorme pluralidad de tonalidades y lo que me queda bien, es posible que a ti no te siente bien. Por eso sea tan esencial asimismo contar con un buen asesoramiento.
A continuación, te muestro las claves de los especialistas para pasar del moreno al rubio sin fallecer en el intento y, lo más esencial, sin que tu pelo padezca más de lo preciso.
Cómo pasar del moreno al rubio sin fallecer en el intento
Asesórate bien para descubrir qué tono de rubio es para ti
Lo que a tu influencer preferida le sienta sensacional, es posible que a ti no te quede tan bien. De ahí que, es esencial que re dejes recomendar por tu estilista a fin de que analice tu piel, tus rasgos y el tono de tus ojos para dar con la tonalidad que resalte mejor tu belleza natural.
«Para elegir apropiadamente el tono hay que observar la tonalidad de la piel, como si hay matices fríos o bien cálidos. Asimismo el tono de los ojos, en verdad, ciertos profesionales solo tienen presente este aspecto, puesto que es un color que no cambia.», explica M.ª José Llata de Peluquería Llata Carrera desde Santa Cruz de Bezana (Cantabria).
«Sin embargo, la piel puede mudar conforme la estación. Asimismo resulta necesario tener en consideración otros aspectos que hacen que la tonalidad elegida sea viable como el color de base, el estado de salud del pelo, la textura, etc.«, concluye.
Antes de mudar, hay que probar
El paso del moreno al rubio es un cambio esencial. De ahí que, es preciso hacer una prueba en un mechón escondo ya antes de hacerlo para poder ver el resultado sin lamentarse.
«La prueba de color es fundamental. Nos previene de posibles alergias y nos señala la posible reacción del pelo frente a la coloración. De este modo se puede revisar si va a ser aproximadamente simple descolorar y conseguir el color deseado, aspectos que dependen asimismo de la porosidad y la elasticidad. Se deja actuar entre quince y treinta minutos y nos va a ayudar a valorar qué nivel de aclarado aguanta el pelo.», asevera Rafael Bueno de Rafael Bueno Peluqueros desde Málaga.

El punto de inicio marca el de llegada
No todas y cada una de las melenas son iguales, de ahí que los resultados son siempre y en todo momento únicos. Saber de qué forma es tu pelo, te va a dar una pista de las posibilidades que tienes de conseguir el rubio perfecto que encaje con tus rasgos y, lo más esencial, quede natural.
«La textura natural puede afectar en la coloración. El pelo rizado puede ser más débil, mas asimismo aclararse
más de forma rápida. El pelo grueso es más fuerte, mas al tiempo más resistente a mudar de color, con lo que precisará más tiempo.», señala Felicitas Ordás de Felicitas Hair desde Mataró (Barna).
«De igual modo, no reacciona igual una melena virgen que una tratada con color. Las cabelleras sin tratar cambian de
tono de modo uniforme y considerablemente más veloz. Las que cuentan con un color anterior pueden presentar
diferentes tonos en todas y cada una de las áreas de la melena.», agrega.
Dime qué color de base tienes y te afirmaré qué tono de rubia eres
No siempre y en todo momento puedes lograr el rubio soñado en una sesión. Ten paciencia por el hecho de que el tono de base que tengas, el estado de tu pelo y el tono que deseas marca los tiempos y pueden ser precisas múltiples sesiones para lograr el tono que deseas.
«Antes de comenzar a trabajar, precisamos saber la historia de ese pelo. Si no está en estupendas condiciones y queremos
decolorar posiblemente la fibra se rompa, con lo que no sería aconsejable. Lo ideal, si tenemos en psique aclarar nuestro color, es alimentar el pelo con un mes de anterioridad para fortalecerlo, como eludir aplicar calor, sobre todo, las planchas.», comenta Manuel Mon de Manuel Mon Estilistas desde Oviedo.
«Si tenemos un color anterior, es preferible arrastrarlo con un tratamiento para suprimir los restos de pigmento. No hacerlo puede trastocar el color.», asevera.
Lo bueno se hace esperar
Los importantes cambios en ocasiones se hacen aguardar, sobre todo, si deseas asegurarte el éxito, con lo que insiste: ten paciencia. Y te comprendo a la perfección, ¡que conste! Todas y cada una deseamos llegar a la peluquería y salir como lo hemos visualizado en nuestra cabeza, mas un cambio tan radical requiere sus pasos a fin de que quede bien.
«El número de visitas al salón para lograr el rubio que queremos depende de cada persona, mas pueden ser hasta 3. Depende del tono de partida y del que deseamos, más claro o bien más obscuro. Por norma general, aclarar 2 tonos de un castaño ya requiere descolorar y si, además de esto, lo que queremos es un platino entonces es preciso efectuar un doble proceso de decoloración, lo que puede suponer unas cuatro horas.», explica Raquel Saiz de Salón Blue by Raquel Saiz desde Torrelavega (Cantabria).
«También, podemos hacerlo de forma progresiva. Un modo que respeta más el pelo y en el que nosotras nos
vamos habituando poquito a poco al cambio. Unos reflejos como las mechas balayage va a hacer que el proceso sea más natural. Lo mismo sucede con la técnica ombré que centra el color en medios y puntas. Lo que logramos de esta forma es complementar piel y ojos de modo gradual sin comprometer tanto el pelo.», plantea.