¿Agua fría, temperada o bien caliente? ¿Qué temperatura del agua usas en el momento en que te lavas el semblante? Una pregunta tradicional en belleza, que aún lúcida dudas. Si deseas un rostro más limpio, terso y con menos poros, prosigue leyendo.
La temperatura del agua con la que te lavas el semblante se relaciona con la belleza de la piel. El agua caliente suprime la suciedad y el agua fría cierra los poros. ¿Cuál es la idónea entonces? El interrogante puede parecer innecesaria mas no lo es.
La rutina de belleza diaria incluye lavar el semblante con agua un par de veces al día. Hay quien no aguanta ponerla fría, y menos en los meses de invierno. Para otros, lavarse la cara con agua caliente les da la sensación de hacerlo con “sopa”. Y realmente, los beneficios para la salud y la belleza cambian conforme la temperatura del agua.
Qué aporta la temperatura fría del agua en el rostro
Cuando empleamos la temperatura fría del agua para lavar el semblante, se activa la circulación. Se logra acrecentar el flujo de sangre cara órganos y tejidos. Además de esto, se estimula la producción de noradrenalina, una hormona relacionada con el agobio. Con lo que tenemos una sensación de estímulo. De ahí que a bastantes personas les agrada este frío por la mañana: Les lúcida para iniciar el día con toda la energía.
“Lo más ventajoso del agua fría es que esta es vasoconstrictora, o sea, hace que los vasos sanguíneos se contraigan, haciendo que la piel se vuelva más lisa de forma superficial”, apunta Aura Serras, directiva de iS CLINICAL España. No obstante, has de saber que se trata de una solidez sencillamente superficial, que no actúa de modo más interno, a nivel muscular.
Otro beneficio que tiene el agua fría es que ayuda a disminuir al mínimo el tamaño de los poros dilatados, “sobre todo en personas que tienden a que se le dilaten con el calor”, añade la especialista. Además de esto tiene efecto antinflamatorio, con lo que es idónea para cuando hay bolsas en los ojos.
Contrastes de temperatua con agua fría y caliente
Este truco lo hemos escuchado de nuestras abuelas… por algo va a ser. Aplicar contrastes de agua sobre el semblante alternando la temperatura fría y la caliente asimismo tiene beneficios en el cuidado de la piel.
“Con este proceso sobre todo provocamos una activación de la microcirculación y se aporta un efecto revitalizante para la piel del semblante. Lo recomendado siempre y en toda circunstancia es iniciar con agua caliente y después sellar con agua fría. Así, primero se hace una vasodilatación y después una vasoconstricción; al unísono se activa la microcirculación, lo que da un efecto lumínico y brillante a la piel”, afirma Serra.
¿Qué sucede si utilizo solo la temperatura caliente del agua para el semblante?
Todo lo precedente no quiere decir que nunca debamos aplicar agua caliente sobre en la cara. A mayor temperatura, ayuda a adecentar el maquillaje. Asimismo dilata los poros. De ahí que, muy puntualmente, puede emplearse para quitar puntos negros o bien para extraer el vello.
Eso sí, en todos esos casos ha de ser algo puntual. Emplear el agua muy caliente diariamente sobre el semblante (y sobre el cuerpo) deseca la piel y favorece la flaccidez.
Una técnica para hacer en casa
En el siglo XIX, Sebastian Kneipp desarrolló más de 100 técnicas de chorros de agua. Ahora sabemos que la hidroterapia tiene abundantes beneficios para la salud. Esos efectos son unos o bien otros, conforme la temperatura del agua.
Si deseas probar una técnica digna de spa en casa, puedes aplicar una afusión facial para refrescar y tersar la piel, siguiendo estos pasos de Kneipp:
- Colócate delante del grifo y ponte una toalla alrededor del cuello y también inclínate un tanto cara delante.
- No abras el agua al máximo: escoge una presión suave.
- Primero aplica el chorro de agua fría en la sien derecha. Ahora, guíalo por la frente hasta la sien izquierda y después vuelve al lado derecho de la cara. Empieza subiendo y bajando verticalmente 3 veces.
- A continuación, trata el lado izquierdo de la cara de exactamente la misma manera.
- Inspira y exhala de forma lenta por la boca a lo largo de la aplicación. Para esto, puedes interrumpir escuetamente la afusión.
- Terminar la aplicación con 3 movimientos circulares sobre todo el semblante.
- No te seques. En su sitio, quita suavemente el agua con la mano. Esto deja que el cuerpo reaccione de la mejor forma posible a la afusión.
Esta técnica favorece la circulación sanguínea, calma los cefaleas y la fatiga. Asimismo ayuda a la vista fatigada tras una larga lectura o bien de un trabajo concentrado. Finalmente, reafirma y refresca la piel; aun mejora la tez y el tono del semblante si se aplica un par de veces al día a lo largo de 4 semanas