Un amor sano y correspondido es una de las cosas más fantásticas que le puede pasar a una persona. Ello ocurre cuando hay una madurez sensible entre las dos personas. Si por contra, hay una falta de madurez sensible, siempre y en toda circunstancia existe el peligro de que el amor se transforme en dependencia sensible. Hay que tener singular cuidado con esto, en tanto que hay una línea fina entre el amor de veras y la dependencia.
Dicha dependencia da sitio a que la relación se vuelva tóxica y patológica con tintes serios a desaparecer, sobre todo por la manipulación que ejercita unas de las partes. En el próximo artículo te charlamos de las 3 diferencias esenciales y claras que existe entre el amor y la dependencia sensible y por qué razón no se debe permitir bajo concepto alguno una relación dependiente.
Diferencias entre el amor y la dependencia emocional
- Cuando hay de amor de veras, hay una entrega total por la parte de las 2 personas. La dicha de uno es la dicha de los 2. Se da mas sin aguardar a percibir nada, en tanto que el amor es algo satisfactorio para los dos. Caso de que haya dependencia, se genera egoísmo por una de las partes a fin de que la otra persona lo ame siempre y cuando el maltratador desee. En tal caso no existe amor, sino más bien una conducta manipuladora. Desgraciadamente, esto no es algo apartado y son numerosas parejas las que lo padecen diariamente.
- La segunda diferencia radica en el hecho de que en el amor, las dos personas son libres para medrar merced a la confianza mutua que existe entre los 2. Al contrario, en una relación dependiente, una de las partes no es libre en el momento de efectuar diferentes actos y se halla atada tanto de pies como de manos. En una relación de dependencia sensible, la parte sometida no es capaz de medrar, ya que se ejercita un control muy grande sobre la persona.
- La tercera diferencia se debe al hecho de que el amor de veras es capaz de durar en el tiempo pese a ciertas contrariedades. Al contrario, la relación dependiente no tiene ningún futuro y se acostumbra a romper transcurrido el tiempo. La toxicidad está presente en el entorno y esto hace que sea insostenible la convivencia en pareja. Los inconvenientes y los enfrentamientos están presentes en el amor de veras, mas las personas son suficientemente maduras para localizar soluciones viables para la pareja.
En terminante, una relación de dependencia no es amor ni produce nada de dicha entre las personas. La persona manipuladora absorberá poco a poco más de la parte sometida, dando sitio a una situación de ahogo bastante esencial. En esta clase de relaciones, hay un daño excesivo en el campo sensible de la persona maltratada con todo lo malo que ello acarrea. No se puede permitir que ello ocurra y dejar a un lado cualquier clase de toxicidad. El amor de veras debe sostenerse en una relación sana al unísono que madura y que las dos partes luchen por venir a un bienestar común.