¿Puede una adecuada higiene facial frenar el envejecimiento?

Esta es la ambiciosa apuesta de la Doble Limpieza de LPG. Conforme la firma francesa, una piel limpia y sana avejenta más lento. “La suciedad, el sudor y la grasa retenidas reducen la iluminación y hacen que la tez esté apagada. Y las partículas contaminantes y las toxinas aumentan la producción de radicales libres, generan oxidación y daño celular. Lo que se traduce en envejecimiento acelerado: máculas y arrugas, primordialmente”, asegura Laia Puig.

De hecho, la inflamación crónica, provocada principalmente por el sol, la polución, el tabaco y el agobio está relacionada directamente con el envejecimiento. Exactamente, “una adecuada higiene facial libera la piel de los radicales libres y las toxinas que provocan oxidación y también inflamación”, apunta María Marcos, dermatóloga del Grupo Dermatológico Pedro Jaén. Además de esto, conforme esta especialista, si limpiamos a conciencia la piel, mañana y noche, reducen las posibilidades de desarrollar enfermedades que generan inflamación del folículo y obstrucción de los poros, como el acne, la rosácea  o la dermatitis perioral.  El otro beneficio que aportaría una adecuada higiene facial es el masaje que le damos a la piel. “Éste mejora la microcirculación y, por ende, la alimentación y oxigenación celular”, conforme la dermatóloga. 

DOBLE LIMPIEZA A LA FRANCESA: AGUA MICELAR Y EXFOLIANTE

La cuestión es ¿exactamente en qué debe consistir la limpieza para lograr ese objetivo? Las coreanas han tratado de persuadirnos a lo largo de años de que una adecuada limpieza pasa por efectuar múltiples pasos y emplear diferentes productos cosméticos. Algo bastante difícil de llevar a la práctica para el común de las mortales occidentales.

Desde LPG aseguran que: “una higiene facial completa ha de ser doble, más aún si vamos maquilladas. No se debe olvidar que una cosa es desmaquillar y otro diferente lavar, adecentar y purificar”. Y es que, la limpieza tiene la función primordial de quitar la suciedad, las impurezas, el exceso de grasa y las bacterias. No obstante, al desmaquillar sólo estamos suprimiendo el maquillaje. 

¿CÓMO DEBERÍA SER UNA HIGIENE FACIAL CORRECTA?
PRIMER PASO: AGUA MICELAR PARA RETIRAR LA SUCIEDAD SOLUBLE EN GRASA
Agua Micelar Preparadora (33,27 €/200 ml) de LPG desmaquilla, limpia e hidrata. Contiene suaves tensioativos no iónicos que atrapan eficazmente maquillaje e impurezas, y azúcares y glicerina de origen vegetal para calmar e hidratar la piel.

El primer paso de una correcta higiene facial consiste en retirar los restos de maquillaje, las cremas con color, el protector solar, la grasa y las partículas de contaminación que se quedan retenidas en la piel. Es decir, la suciedad soluble en grasa. Y esto se hace con un agua micelar”, apunta la doctora Marcos.

La gran ventaja del agua micelar es que es apta para todo tipo de pieles. “El agua micelar incorpora tensioactivos muy suaves (ésteres de ácidos grasos) aptos para todo tipo de pieles, incluidas las más sensibles e incluso atópicas. Tiene un pH fisiológico (el normal de la piel) y es respetuosa con el manto lipídico de la piel que forma la barrera cutánea. Además no lleva alcohol ni perfume, por lo que no provoca sequedad ni tirantez”, detalla Laia Puig.

Modus Operandi: Lo idóneo es aplicarla dos veces al día, mañana y noche, con un disco de algodón y “posar” éste unos segundos para que “se funda” con los residuos de la piel. A continuación hay que realizar suaves movimientos circulares, sin arrastrar, e ir cambiando el disco hasta que salga limpio. 

SEGUNDO PASO: EXFOLIANTE PARA RETIRAR LA SUCIEDAD SOLUBLE EN AGUA
Crema Exfoliante (39,93 €/75 ml) de LPG. Contiene granos finos de sílice mineral para una exfoliación suave, granos gruesos de arroz que realizan una exfoliación moderada, y glicerina vegetal para mantener la piel hidratada.

El segundo paso de una correcta higiene facial se basa en retirar la suciedad soluble en agua: básicamente el sudor. Y esto se logra aplicando un exfoliante, ya que éste hace una limpieza más profunda, porque sus partículas penetran más que las micelas del agua micelar”, añade esta experta.

Al exfoliar el rostro abrimos los poros, lo que ayuda a reducir la acumulación de sebo. También estimulamos la regeneración celular, que tiende a ralentizarse con el envejecimiento. La piel luce instantáneamente más clara, suave y uniforme. Algo más: exfoliar también activa la microcirculación, oxigena las células y contribuye a que el maquillaje quede luego mejor.

Modus Operandi: En términos generales, se aconseja exfoliar la piel dos o 3 veces a la semana. Su aplicación se realiza con las yemas de los dedos, realizando un masaje con movimientos circulares, sin presionar mucho, insistiendo en las zonas más grasas (frente, nariz y mentón) y evitando los párpados, el contorno de los ojos y los labios. Tres minutos son suficientes para cubrir todo el rostro. Y siempre hay que aclarar con abundante agua templada (ni muy caliente ni muy fría), para no provocar sequedad o irritación.

UN GESTO SOSTENIBLE: LA LIMPIEZA SIN RESIDUOS

Para completar tu rutina y cuidar aún más tu piel y el planeta, la firma LPG anima a utilizar toallitas de algodón orgánico lavables. ¿Por qué? Porque no sólo reducen el consumo de algodón, sino que también permiten ahorrar, puesto que cada toallita se puede reutilizar hasta 500 veces. Basta con lavarlas con agua, frotar con jabón de Marsella, enjuagar y dejar secar al aire. Un consejo: una vez al mes es importante dejar la toallita en remojo en un recipiente grande con agua, 2 cucharaditas de bicarbonato de sodio y una cucharadita de vinagre blanco. 

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