La urbe de Spa en Bélgica y otros balnearios europeos son parte del patrimonio mundial de la Unesco desde finales de julio. Los escogidos para la gloria son: Baden bei Wien (Austria), Karlovy Vary, Frantiskovy Lazne y Mariánské Lázne (Rep. Checa), balneario Vichy (Francia), Bad Ems, Baden-Baden y Bad Kissingen (Alemania), Montecatini Terme (Italia) y City of Bath (R. Unido).
11 balnearios de siete países europeos han sido reconocidos ahora por la Unesco. Se suman a la lista de las estaciones termales más gloriosas de Europa como verdaderos baños de salud y belleza cultural. La balneoterapia o bien la hidroterapia termal, el conocido spa: salus per acqua, que afirmaban los romanos, y que da nombre a uno de ellos, prosigue rehabilitando nuestro cuerpo y mente.
Ahora hay que cuidarlos con más reverencia a fin de que nos prosigan cuidando a todo wellness. La cultura urbana y la arquitectura milenaria que rodea estos balnearios spa europeos fluyen cerca de sus aguas termales sin gastarse, lo que les ha valido el reconocimiento de la Unesco. No es moco de pavo llegar hasta nuestro días con unas instalaciones en plena forma.
El turismo de salud está servido. Be water, my friend. De veras, que soy fan de estas inmersiones termales y culturales.
Spa y las urbes balnearias en la nueva lista de la Unesco
La ciudad valona de Spa en Bélgica, bañada por un manantial de aguas ferruginosas, está rodeada de una naturaleza privilegiada que favorece el reposo. Un denominador común de todos y cada uno de los spa balnearios europeos escogidos por la Unesco como patrimonio mundial y de otros muchos que aún no han tenido ese honor.
Ubicada en el centro de Fagnes, a 2 horas en tren de Bruselas, Spa (en la fotografía de apertura) recibe a sus curistas desde la temporada romana. En el siglo XVIII, los balnearios contaron con el favor de las casas reales. El zar Pedro I de Rusia estuvo tomando sus aguas en mil setecientos diecisiete y desde ese momento, su fuente mineral ferruginosa lleva el nombre de Pedro el Grande. El rey Leopoldo y la reina María Enriqueta de manera directa instalaron en Spa su vivienda y estuvieron allí hasta el fin de su vida, y aún el día de hoy, el nombre de la reina encabeza una de sus fuentes con agua levemente gasificada.
Las Termas de Montecatini, a una hora de Florencia, son otro de los recién distinguidos templos de salud y placer. Todos viran en torno a un mismo epicentro, su manantial de agua minero medicinal. Una fuente termal natural que aflora con propiedades concretas para unas afecciones o bien otras, dependiendo siempre y en todo momento de los minerales que contiene.
Gneralmente rodeados de fuentes y jardines, con una arquitectura propia de edificios dirigidos a gozar de los baños y el relax. Con frecuencia aliñados con columnas y arcos, adornados con frescos y galerías que dejan ver la luz del sol. Son construcciones residenciales diseñadas para tomar las aguas tanto en bebida como a través de bañeras, chorros o bien inhalaciones.
Al final componen verdaderas ciudades balnearias que se completan con hoteles, salas de conferencias, casinos, teatros, tiendas de artesanía, mansiones y multitud de salas dirigidas a la conducción de las aguas termales hasta las piscinas y cabinas de tratamiento. Todas y cada una de las construcciones acostumbran a estar rodeadas de grandes paisajes en la mitad de la naturaleza, ideal para hacer travesías y practicar actividades deportivas al aire libre. En suma, lugares con una larga historia de intercambio y valores humanos que siempre y en todo momento vale la pena descubrir.
El desarrollo de todas y cada una estas urbes balneario empezó en Europa desde principios del siglo XVIII y tuvo su temporada de máximo esplendor hasta los años treinta del pasado siglo. En aquellos años era un lujo poder gozar de un balneario, solo capaz para aristócratas y familias muy acomodadas. Menos mal que a fines del siglo veinte, los balnearios comenzaron con timidez su rehabilitación y volvieron a la vida con una oferta destinada a un público de menor poder adquisitivo.
Los beneficios de las estaciones termales prosiguen disolviendo el agobio, curando heridas y atenuando enfermedades bajo supervisión médica. Balnearios pasados por aguas minero medicinales, avalados por la historia y la medicina. Se han puesto al día valorizando su pasado con las mejores técnicas spa del futuro. Sus ambientes únicos los transforman en verdaderas urbes balnearias que te cuidan sin desatender sus orígenes, ni su arquitectura. Una disfrutada para todos y cada uno de los sentidos.
Fuera de la lista de spa y balnearios europeos reconocidos por la Unesco este dos mil veintiuno figuran ciertos balnearios españoles. En el año mil novecientos noventa y tres, el Comité del Patrimonio Mundial asimismo incorporó el El Balneario de Alange, como parte del Conjunto Arqueológico de Mérida. Lo miento por el hecho de que tuve el honor de gozar de él. Fue el último balneario que visité con mi querida madre y guardo muy gratos recuerdos de nuestra estancia allá. Conserva sus termas romanas íntegras, exactamente las mismas donde se sumergieron legiones de soldados heridos. Es una auténtica maravilla y os lo aconsejo. Los honrados del actual año, seguro que asimismo lo son, si bien aún no he tenido el gusto de conocerlos. Mas prometo que pronto voy a visitar alguno y voy a hacer una muesca más en mi lista de balnearios visitados y disfrutados.
¡Es hora de termalizarse de pies a cabeza!