En verano suben las temperaturas, el entorno es más húmedo (o seco) que jamás y nos volvemos adeptas a las terrazas. Eso sin mentar la intensidad de los rayos solares, que inciden de manera directa sobre nuestra piel a lo largo de considerablemente más horas que en invierno y nos dan una piel bronceada, quemada y sudada por igual.
Es entonces cuando nos percatamos de que debemos amoldar nuestra rutina de skincare a los meses más cálidos del año si deseamos que nuestra piel resista las agresiones solares (sí, las que te suman arrugas a cada minuto que pasas de más al sol) y nuestro maquillaje dure más tiempo íntegro a pesar de las inclemencias del tiempo.
Querida, es así como puedes amoldar tu rutina de cuidado de la piel al verano. ¡Comencemos!
1. Haz un uso intensivo de tu SPF
Los rayos solares son extra fuertes en verano, por eso tendemos a quemarnos con mayor sencillez. Y por ese motivo debemos resguardar nuestra piel del sol con mayor hincapié que en otras estaciones.
Para lograrlo hazte con un protector solar facial capaz para tu género de piel y aplícalo cada mañana, como último paso de tu rutina facial. Como acostumbramos a pasar muchas horas en el exterior a lo largo de esta temporada del año asimismo es buena idea hacerte con un protector solar para el cuerpo que se adapte a tus necesidades. Y recuerda: el uso de estos productos no está solo limitado a la playa o la piscina. Vas a quemarte igual mientras que estás sentada en una terraza, haciendo deporte o andando por la calle.
¿De qué forma ha de ser un protector solar que te resguarde apropiadamente en verano? Puesto que con un mínimo de SPF treinta (la diferencia entre la protección que ofrece uno de SPF30 y otro SPF50 es mínima), y de extenso fantasma. Acostumbramos a fallar en el instante de la reaplicación y es ahí en el momento en que nos quemamos, así que aplica nuevamente tu protector solar cada dos horas o con una mayor frecuencia si te bañas o sudas. ¡Ah! Y no te olvides de cubrir el reverso de tus manos, empeines de los pies y labios.
Protector solar facial Sun Secure de SVR
2. Cámbiate a fórmulas más ligeras
A absolutamente nadie le apetece aplicarse una crema hidratante demasiado espesa en verano: la humedad ambiental así como el calor pueden transformar la experiencia de aplicarla (y aguardar a que se seque) en algo desapacible.
Aunque tengas la piel seca agradecerás el cambio. Para hallar productos con fórmula más ligeras, fíjate en su contenido en agua: aplica el producto sobre la palma de tu mano, y si se desliza veloz y de manera fácil, quiere decir que es conveniente para ser cómodo de llevar en verano.
Cambia tu crema hidratante anatómico por una loción hidratante o un gel de aloe. Tu aceite desmaquillante puede ser too much ahora, así que opta por un agua micelar si no te agrada el efecto sobre la piel. Lo mismo para la hidratación del rostro: a lo largo de esta temporada del año, las cremas hidratantes en gel se transformarán en tus mejores amigas.
El gel con aloe y própolis de Benton’s
3. Exfolia tu piel con mayor frecuencia
Sí, en verano es el instante de exfoliar tu piel con una mayor frecuencia que en invierno. Mas ojo, eso no quiere decir que debas exfoliar más de lo necesario: limita su uso a una o un par de veces a la semana.
Recuerda que existen algunos ácidos exfoliantes que hacen que la piel sea más sensible al sol, y por consiguiente vas a deber evitarlo a toda costa. Lo mismo ocurre con los exfoliantes físicos, que podemos utilizarlos sobre el cuerpo mas pueden ser contraproducentes si nos hemos quemado la piel.
Para combatir los puntos negros o los poros demasiado aceitosos puedes emplear un gel limpiador exfoliante con ácido salicílico, o un producto con AHAs como el ácido glicólico caso de que tengas la piel seca o madura (este último sí es fotosensibilizante).
4. Multiplica el uso de activos antioxidantes
Si hay un instante de empezar a emplear activos antioxidantes como la vitamina C, ahora es el instante. La razón es su potencial para combatir el daño oxidativo que padecen las células de la piel cuando se exponen a las intensas radiaciones solares del verano. Son un buen combo así como el uso de un protector solar diario.
La opción mejor es decantarse por un buen sérum de vitamina C y utilizarlo cada mañana, inmediatamente antes de la aplicación de tu protector solar.
El suero con vitamina C C.E.O de Sunday Riley
5. Cuidado con los retinoides
El uso de retinoides puede sensibilizar un tanto la piel, y aún más en verano. Por tanto, la regla es fácil: si no los utilizabas, no comiences a emplear retinoides en verano. Si ya utilizas retinol de forma frecuente, reduce los días a la semana que lo empleas. Y acompáñalo siempre y en toda circunstancia de un protector solar de alto fantasma.
6. Usa maquillaje con fórmulas más fluidas
Si no puedes eludir el uso del maquillaje, seguro que ya has apreciado que la base de maquillaje que utilizas frecuentemente en invierno puede resultar un lío en verano. El sudor y el sebo se mezclan más de forma rápida con los productos que aplicamos encima, y podemos acabar con chorretones sobre nuestra piel.
Para evitarlo, opta por fórmulas ligeras y ricas en agua. Y evidentemente, usa menos cantidad de producto. En vez de una base de maquillaje opta por un protector solar con color o una BB cream con protección solar, y hazte con una máscara de pestañitas waterproof . Si tienes la piel grasa apreciarás aún más el cambio de estación, así que asegúrate de emplear un primer para pieles mixtas o grasas ya antes de aplicar tu maquillaje (hazlo sobre la piel absolutamente limpia de productos aceitosos).
Base de maquillaje ligera Eaze Drop de Fenty
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