Mis tratamientos en Tacha Marbella

La semana pasada os conté de qué forma fueron los viajes de prensa a Tacha Marbella, el nuevo espacio que Natalia de la Vega ha abierto en el Hotel Don Pepe Gran Meliá y el día de hoy os voy a explicar qué tratamientos me hice por si acaso os sirven de referencia si tenéis pensada una escapada a la localidad malagueña.

Voy a iniciar por el pelo. En mi primera visita decidí probar la Terapia de Diamante, un tratamiento de hidratación para recobrar la elasticidad y brillo del cabello. Es idóneo para efectuarlo tanto ya antes, para preparar la melena, como tras el verano, para “mimarla” tras los estragos del sol, el cloro y la sal del mar. En el segundo viaje mis raíces ya precisaban un retoque y opté por Color Experience.

Quienes me proseguís frecuentemente sabéis que Tacha Beauty es mi peluquería de referencia en la capital española y Raquel Aguilera mi estilista de cabecera. Ella (teniendo presente mi opinión, claro) es la que decide qué mezcla de colores debe hacer para lograr el tono que deseo. Y como en Tacha tienen la base de datos centralizada, en Marbella sabían precisamente cuál era el tono que llevaba. Esto, que puede parecer un detalle de poca relevancia, es vital cuando estamos de vacaciones. Si eres clienta de Tacha, en cualquiera de sus centros emplearán exactamente los mismos productos de coloración y los tonos precisos. 

Así,  Antonio Garrido, uno de los estilistas más esenciales de  nuestro país y fichaje estrella de Natalia para encargarse tanto del área de peluquería de Tacha Marbella como de la capacitación de todos y cada uno de los estilistas pilíferos de sus diferentes centros, se hizo cargo tanto del color como de devolver la manera a mi melena. La coloración en Tacha es otro nivel. Primero preparan el cuero capilar con un aceite orgánico para alimentarlo y también hidratarlo. Después, aplican un protector a base de proteínas para resguardar la materia del pelo para, dependiendo del resultado que desees, aplicar diferentes técnicas de coloración. El resultado, un color perfecto, tridimensional y refulgente y una melena suave y con movimiento.

También aproveché la visita para probar las conocidas manicura y pedicura rusa de Tacha Marbella. Creo que en mi vida me habían hecho una manicura tan minuciosa. La manicura rusa se efectúa con un torno al que se marchan acoplando diferentes brocas o bien fresas en dependencia de si se trabaja sobre la cutícula o bien sobre la uña. En esta clase de manicura (que se hace en seco) la cutícula se retira totalmente para aplicar el esmalte lo más cerca posible del nacimiento de la uña de tal modo que el esmaltado dure impecable más tiempo. Es una técnica más difícil que la manicura tradicional, tanto por el empleo de los tornos como por la precisión en el momento de adecentar la superficie de la uña, y de ahí que es indispensable que la efectúen manicuristas con mucha experiencia. Puede efectuarse con esmaltado normal o bien semipermanente. En cuanto a la pedicura, es precisamente igualmente precisa con la diferencia de que te la efectúan tumbada totalmente en una camilla en una de las cabinas de tratamiento. Un lujazo.

Entre los diferentes tratamientos anatómicos de su carta escogí 2 muy, muy diferentes. Un masaje descontracturante en la palapa de la piscina del Hotel Gran Meliá Don Pepe y el Salt Massage. El primero, en el que emplean los aceites de masaje propios de Tacha Beauty, me dejó las cervicales nuevas y el hecho de gozarlo al aire libre, al lado de la piscina y con una ligera brisita fue una experiencia.

En cuanto al segundo se trata de un suave masaje efectuado con piedras calientes de sal del Himalaya que la terapeuta va deslizando por todo el cuerpo, desde la planta de los pies hasta el cuello.  Según me afirmaron, estas piedras, aparte de suprimir tensiones y devolver la vitalidad al organismo asisten a prosperar la circulación.  Lo que no me afirmaron, mas os lo digo , es que tienen un excepcional poder drenante. Y os lo aseguro por el hecho de que mis visitas al baño esa noche fueron numerosas (algo poco frecuente en mí). Una vez finalizado el viaje de las piedras por el cuerpo llega el instante de la envoltura en sal rosa que, cuando se retira, deja la piel extra suave merced a la acción exfoliante de la sal. Ojo, esta sal no se masajea por el hecho de que es grosísima, hace su trabajo a lo largo de la envoltura  tiempo que la terapeuta aprovecha para efectuar un minitratamiento facial.

Y hablando de faciales, le llega el turno al semblante. En este terreno me deje aconsejar por Ana Ferreira,  la directiva de estética de todos y cada uno de los centros Tacha. Ella escogió para mí el tratamiento Tacha Alma. Reconozco que al comienzo tenía cierto reparo a hacerme un láser facial en pleno verano mas como la única condición era que no tomase el sol en veinticuatro horas me decidí. Y no puedo estás más contenta. Aunque es un tratamiento que desde la primera sesión reafirma, regenera, hidrata y remoza, a fin de que los resultados sean notables aconsejan 3 sesiones. Yo me hice la primera en Marbella, la segunda en El Plantío y, a la vuelta de las vacaciones, me voy a hacer la tercera (todavía no sé dónde) y ya os voy a contar de qué forma han sido los resultados finales. 

Como no me hice fotografías a lo largo del tratamiento os dejo la imagen de la cabina en la que me lo hice

En este tratamiento, nada molesto se combinan los ultrasonidos Accent Prime para la rehabilitación del óvalo facial que así como la radiofrecuencia estimula la creación de colágeno, y se completa con la potencia rejuvenecedora del láser Ánima Q. Como conclusión a la aparatología, concluye con la aplicación de una mascarilla de oro de Mimi Luzon para devolver la iluminación y la lisura a la piel y un masaje manual en el que me quede frita. Y es que, si tenéis la ocasión de “probar” las manos de Manuel Sánchez no la dejéis pasar. Yo, si puedo, voy a repetir. 

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